lunes, 2 de agosto de 2010

Echoes

Daré comienzo a este breve post con una cita a la introducción y descripción del blog:

"Los límites entre lo que nos parece del palo y lo que no son difusos y muchas veces discutibles. (…) Sin embargo, hay una serie de características más o menos comunes que engloban a todas: cierto desinterés por las modas, una tendencia a ir en contra de lo establecido como 'mainstream' (o por lo menos, por diferentes caminos), el aprecio por lo original y lo auténtico."


Fermín dió pie para describir una obra de preferencia personal como "algo del palo". Esto arranca con un desinterés absoluto por las modas por parte de aquellos que llevamos el disco en el alma (el disco es del 71'), la tendencia a ir en contra de lo establecido como mainstream (dura 23 minutos, lo que equivale a más de la mitad de Thriller, el disco más vendido de la historia), y claramente prioriza lo original y auténtico.



Tiempo atrás tuve como estandarte una frase que rezaba "Pink Floyd - Echoes, min 18, escuchalo y volá". Y hace poco un amigo se acercó a decirme "la primera vez que la escuché fue porque leí tu nick, y lo escuché y me rompió la cabeza". Si hay algo que Wright y compañía pudieron lograr acá fue, mediante la mezcla del jazz, los tonos inconexos, las interminables progresiones, los cambios de melodías y ese aire armonioso que caracteriza a lo que dio por llamarse “space rock” (ante la aparente necesidad de los críticos y comerciantes de clasificar lo inclasificable) fue, verdaderamente, rompernos la cabeza. Basta con cerrar los ojos en un entorno oscurecido y apacible, con la sola obra floydiana sonando, para realmente hallar eso que algunos buscamos en la música: algo más, algo distinto a lo regular, ese algo que experimente con sonidos y armonías para que los afortunados oyentes “vivamos” un sinfín de imágenes y realidades inherentes a la creatividad de cada uno, sentimientos que alcanzaremos a describir sólo pobremente mediante el uso de las palabras:

“Fijate, son zombies y buitres” (min 12.05)

“Uh, esa guitarra me liquida la cabeza” (min 17.45 a 18.30)

“3 minutos de intro…”

Una y otra vez lo dije y seguiré sosteniéndolo: Pocos músicos han logrado con su arte que, al cerrar los ojos, yo visualice lo que escucho. Y demasiados han recibido la ya popular crítica de “no me pega una puta imagen”. Echoes siempre va a ser ese algo más, ese algo diferente, esa irregularidad, ese lado B tan extenso que rara vez iba a ser oído y apreciado en su magnitud. Y, a la vez, un eterno favorito.


Solo para los que aún no tuvieron la suerte de compartir la canción que da razón de ser a este post, voy a aportar un video, un favorito. Porque algún genio tuvo la magnífica idea de buscar paralelismos, logró uno que me abrió la cabeza: “Júpiter, y más allá del infinito”, última escena de 2001: A Space Odyssey, con Echoes acompañándola.

Enjoy!




Quiero saber que opinan sobre el video

4 comentarios:

  1. Muy buen post, está genial. El video ese es brillante

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  2. Que temon que es Echoes.. and no one sings me lullabies and no one makes me close my eyes...

    los tipos le metieron tematica "acuatica" al tema como para que no les rompiesen las pelotas con eso del "rock espacial"

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  3. Strangers passing in the street
    By chance two separate glances meet
    And I am you and what I see is me


    amo la letra de este tema

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